miércoles, 18 de abril de 2007

¡Estoy de huelga!

Ya no pienso volver a coger nunca jamás los trenes de cercanías de Barcelona. Por mucho que me reciten la célebre frase “nunca digas de esta agua no beberé”, os prometo que haré lo posible para no seguir alimentando dicho monstruo que lo único que hace es tratar a los ciudadanos como perros. No obstante, lo más vergonzoso no es que nos traten mal, sino que nosotros volvamos a ir, día tras día, sin hacer ningún esfuerzo para que alguien arregle este problemón de una vez por todas.

Toda Cataluña y parte de España ya se habrá enterado que los usuarios asiduos a dichos servicios sufren, día sí y día también, retrasos, averías y sobretodo ausencia de información. Pero sinceramente, toda esta polémica que pulula por el aire sobre quién se hace cargo de los servicios de cercanías y quién no, a mí me da completamente igual. Lo único que debemos reivindicar los usuarios del servicio es que queremos que estos funcionen correctamente, ni más ni menos. No creo que esto sea el fin del mundo, ya que paradójicamente, por otro lado tenemos los ferrocarriles de la Generalitat (FGC) que funcionan de maravilla.

Entonces, os planteo una pregunta donde creo que se encuentra la respuesta al por qué del malestar, es decir, que siempre estamos igual: ¿será coincidencia que la ruta de los Ferrocarriles sea la zona alta de Barcelona y sus alrededores, y que la ruta del Cercanías pertenezca a las zonas de menor capacidad administrativa?

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