domingo, 20 de mayo de 2007

Indignada

La libertad de expresión y sus límites, el término “políticamente correcto”, la evolución de la mujer en la sociedad, la paridad y el respeto hacia ambos sexos, son temas muy recurrentes hoy en día, y aún que no lo parezca, están todos relacionados. En los últimos 15 días, han aparecido en la prensa nacional dos artículos extremadamente machistas. Digo extremadamente, porque me parece realmente descabellado que en el siglo XXI se sigan diciendo y permitiendo tales barbaridades.

El primero afirmaba que “las mujeres que trabajan incrementan el riesgo de infarto de sus parejas”. ¿Pero en qué era vive esta persona? Hoy en día, no sólo me resulta arcaico por la posición que ocupan las mujeres, sino que también lo es por la diversidad de parejas que existen, como por ejemplo: mujer-hombre, mujer-mujer o hombre-hombre. Es más, unas afirmaciones semejantes no se merecían ni la más mínima atención, pero si aún así se la queremos dar, tendría que ser única y exclusivamente bajo un prisma crítico dadas las circunstancias.

Pero esto no es un caso aislado, el segundo decía “la televisión ha perdido calidad y la culpa la tienen las mujeres” y el autor de dicha ocurrencia es sir Patrick Moore, una supuesta “eminencia en programas de divulgación espacial y excéntrico caballero británico”. Como futura periodista, entiendo que una afirmación así tiene mucho morbo. Pero por otra parte, no tiene ni pies ni cabeza. Puede ser que algunas mujeres sean culpables de esto, pero igual que ocurre en el otro caso, también puede ser que algunos hombres sean culpables. Todo el mundo tiene su parte de culpa, todo depende del ángulo desde el que se observa.

sábado, 5 de mayo de 2007

¡Pobre Keira!

Keira Knightley es una actriz británica (que ha actuado en Piratas del caribe, entre otros) que a sus 22 añitos dice haberse cansado de ser actriz. Que si los paparazis, que si los rumores, mucho revuelo que aparentemente es demasiado pesado para un cuerpo tan delicado. Pobrecita, tiene tanta mala suerte ganado miles de dólares al lado del guapísimo Johnny Deep.

Pero ¿en serio se está planteando abandonar el oficio? Que acaso no sabe que en cualquier faena hay un lado bueno y un lado malo. Es decir, los que tienen la suerte de trabajar en algo que les guste, saben de sobras que hay una pequeña parte que no les gusta tanto (y si no lo dicen, mienten). En el caso de la señorita Keira, el lado bueno vendría a ser: el dinero, las compañías, las faclidades, etc; y el lado malo serían los paparazzis y los rumores. Yo no sé, pero la balanza de esta chica no debe estar muy bien reglada.

Y por lo visto la de los medios de comunicación tampoco. Todos los periódicos han publicado esta noticia considerándola mínimamente importante y sobretodo escandalosa o morbosa, según lo queramos ver. En cambio, cuando una actriz como Angelina Jolie decide coger el toro por los cuernos y regalar un tercio de su sueldo a obras benéficas (sea publicidad o no, olé por ella) estos prefieren discutir sobre si esta tiene o no leucemia ¿Qué demonios les pasa a los medios?

Lo siento en el alma

Se que voy a defraudar a muchos lectores hablando otra vez sobre lo que todo el mundo está harto de oír. Pero no puedo evitar hacer un comentario sobre la manera que tienen los medios de mediatizar algunos temas en concreto, como el de la Pantoja y la infanta Sofía (por muy delicado que sea hablar de la Familia Real).

Todos los medios de comunicación nos están avasallando con dichos temas. Es un no parar. Y aunque el tema de Isabel y el de Sofía, son bien distintos, los dos forman parte de la faceta más sensacionalista del periodismo español. Por un lado tenemos el Real, que después de una semana desde el parto, aún se habla de la princesa y de su hija en todos los periódicos y en todos los telenoticias, por no decir en todos los programas. Y por otro lado, tenemos el folclórico, que ya venía con la carrerilla del caso malaya y donde aún tenemos para rato.

Pero, ¿alguien se ha parado a pensar para qué sirve tanta insistencia? ¿Y si tanta publicidad soberana sirviera para vendernos una buena imagen monárquica? O ¿y si toda esta polémica sobre la detención de la Pantoja no fuera más que un movimiento del gobierno para que nos olvidáramos del tema Batasuna/ANV?